El consumo energético de los edificios supone una parte considerable del total de energía consumida o “factura energética”. Por ello, se han ido aprobando normativas tendentes a reducirlo. Ante la necesidad de establecer reglas y procedimientos que permitieran cumplir las exigencias básicas de ahorro de energía, además de otros requerimientos de la LOE, Ley de Ordenación de la Edificación, en el 2006 se aprobó el CTE (Código Técnico de la Edificación), y con él, el DB HE1 (documento básico, ahorro energético).
En su sección 1, referente a la Limitación de demanda energética, establece que los edificios dispondrán de una “envolvente térmica” que limitará adecuadamente la demanda energética necesaria para alcanzar el bienestar térmico en función del clima de la localidad, del uso del edificio y del régimen estacional, verano o invierno.
Su ámbito de aplicación se extiende a los edificios de nueva construcción y también a las reformas o rehabilitaciones de edificios existentes, con una superficie útil superior a 1.000 m2 en los que se renueve más del 25% de sus cerramientos.
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